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¿Qué es la Enfermedad de Parkinson? Es una enfermedad del sistema nervioso, que se manifiesta básicamente por la presencia de temblor, rigidez, lentitud y dificultad para iniciar y/o detener los movimientos. Estos síntomas pueden aparecer aislados o combinados, pueden predominar en un del cuerpo, o destacar uno sobre los otros. ¿A quién afecta la Enfermedad de Parkinson? La EP afecta al 1% de la población mayor de 60 años, y aunque es más frecuente entre los 50 y 60 años, no es raro que aparezca en la cuarta década de la vida. ¿Cómo se produce la Enfermedad de Parkinson? En el tronco cerebral, específicamente en la sustancia nigra, normalmente se produce dopamina. La dopamina es esencial para que los movimientos se realicen de forma ágil, efectiva y armónica. En EP se produce una degeneración de la sustancia nigra y otros núcleos del tronco cerebral, con inclusiones características en las células, llamadas cuerpos de Lewy. Síntomas de la Enfermedad de Parkinson Los signos y síntomas de EP forman parte del llamado Síndrome Acinético-rígido; de tal manera que los síntomas que se describen en esta sección también pueden ser causados por otras enfermedades o condiciones médicas diferentes. La lentitud de los movimientos o bradicinesia se manifiesta por la falta de expresión de la cara y con una lentitud y torpeza general para la realización de los movimientos automáticos (parpadear, tragar, balancear los brazos al caminar) y voluntarios (vestirse, levantarse de una silla, escribir). Escritura lenta y con trazos pequeños (micrografia) El temblor no necesariamente está presente en todos los pacientes, es más evidente cuando está en reposo y puede disminuir al efectuar un movimiento voluntario. La rigidez se manifiesta como una resistencia o falta de flexibilidad para mover extremidades. Los trastornos posturales consisten en la inclinación de la cabeza y del tronco hacia adelante (la espalda del paciente está encorvada) y tendencia a mantener en flexión los codos y las rodillas. Resulta difícil el control del equilibrio, por lo que pueden producirse caidas. El paciente presenta nomalías al andar, marcha lenta levantando poco los pies del suelo, los pasos suelen ser muy cortos y rápidos; pulsiones: sólo se pueden detener agarrándose de alguna persona o alguna cosa (propulsión: hacia adelante, retropulsión: hacia atrás)
¿Cómo se diagnostica la Enfermedad de Parkinson? El diagnóstico de EP es eminentemente clínico, es decir, se basa en los síntomas que presentan los pacientes, más que en los resultados de alguna exploración complementaria. No es difícil el diagnóstico en los casos típicos, en que los cuales el paciente presenta los signos clásicos de temblor, rigidez y lentitud de los movimientos. No obstante, en las fases iniciales, el diagnóstico puede ser difícil. Hay que descartar que los síntomas que presenta el paciente sean debidos a algún fármaco o alguna otra enfermedad. Infecciones: postencefelítico
(encefalitis letárgica), otras encefalitis,
Creutzfeld-Jacob, lues. Tóxicos: Mn, Li, Co, CS2,
CCL4, organofosforados, metanol. Fármacos: fenotiazinas,
butirofenonas, reserpina, tetrabenazina. Traumatismo: físico,
shock eléctrico. Tumor
cerebral Vascular
(infartos lacunares en los ganglios
basales). Metabólico Otras
enfermedades degenerativas del sistema nervioso
central Hidrocefalia
normotensiva estadio
0 ausencia
de signos patológicos. estadio
1 los síntomas
parkinsonianos afectan sólo a un lado del
cuerpo. estadio
2 afectación
de los dos lados del cuerpo sin trastorno del
equilibrio. estadio
3 alteración
bilateral leve o moderada, con cierta inestabilidad
postural. El paciente es físicamente
independiente. estadio
4 incapacidad grave:
es capaz de caminar o de permanecer de pié
sin ayuda. estadio
5 el paciente
necesita ayuda para todo. Permanece en cama o
sentado. Tratamiento de la enfermedad de Parkinson ¿Puede ser tratada la EP? Tratamiento quirúrgico de la Enfermedad de Parkinson Palidotomía Recomendaciones para familiares y pacientes con Enfermedad de Parkinson 1.- "Dele cuerda" para superar el bloqueo: el paciente debe pararse, apoyar los talones sin inclinarse hacia atrás y comenzar a caminar sólo balanceándose sin moverse del sitio hasta estar preparado para desplazarse hacia adelante. 2.- Use un bastón invertido. 3.- Use marcas en el suelo para los pacientes que presentan festinación frecuente. 4.- Evite girar sobre un solo pie o cruzando las piernas, esto evitará caidas inesperadas. 5.- Para girarse mejor en la cama: Doblar las rodillas y apollar los pies en la cama; ladear las rodillas hacia la derecha; entrelazar las manos y levantarlas estirando los codos; girar la cabeza y los brazos hacia la derecha; agarrar las manos al colchón para ajustar la posición hasta estar cómodo. 6.- Para levantarse de la cama: estirarse boca arriba y colocar los brazos al lado del cuerpo; levantar la cabeza de la almohada, dirigiendo la barbilla hacia el pecho y sentarse apoyándose sobre los codos; incorporarse progresivamente hasta llegar a sentarse, apoyándose con los brazos situados por detrás del cuerpo; ir moviendo las piernas hacia el borde de la cama hasta sentarse. 7.- Para acostarse con menor esfuerzo: sentarse al borde de la cama cerca de la almohada; inclinarse sobre la almohada, de manera que la cabeza quede en la posición correcta; levantar las piernas hasta posarlas en la cama. 8.- El paciente con EP frecuentemente tiene que hacer un gran esfuerzo motor y de concentración para expresarse, por lo tanto ponga la más completa atención cuando él intente comunicarse. 9.- Haga que respire profundamente antes de comenzar a hablar, promueva las pausas frecuentes. 10.- Dele tiempo para que el paciente organice sus pensamientos y para que éstos se transformen en palabras y frases. 11.- Anime al paciente a que alce la voz. Es importante recordarle que no es culpa suya sino que su condición hace que vaya bajando el volumen progresivamente sin que se percate de ello: "háblame como si yo estuviera más lejos". 12.- Para el estreñimiento: asegúrese de suministrar dos o tres litros de agua diarios; manténgalo físicamente activo; añada salvado a la dieta, así como frutas y vegetales; anímelo a sentarse cómodamente para evacuar, con las rodillas encogidas para favorecer la contracción de los músculos abdominales; evite en lo posible los laxantes, o bien utilizar laxantes suaves como la leche de magnesia (de acuerdo con el médico tratante); evitar el uso frecuente de enemas; los supositorios de glicerina pueden ser de gran ayuda.
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